LA TERTÚLIA DEL QUART PIS

El mejor momento de una relación de pareja es cuando aún no ha comenzado. Mi teoría de los instantes previos, es que siempre es mejor lo que está a punto de ocurrir, que lo que acaba pasando. Por este motivo, lo más emocionante del día de Reyes es levantarte a primera hora de la mañana, y ver todos los regalos amontonados. Desenvolverlos, muchas veces, es decepcionante. Mi teoría de los instantes previos también dice que lo más bueno de una comida es el aperitivo, y que lo mejor de un plato es ver cómo el camarero te lo lleva a la mesa, mientras la boca se te hace agua. Que lo mejor de dormir es el momento justo antes de dormirte, cuando entras en la cama, notas las sábanas frías y piensas en que aún te queda mucho tiempo para descansar. Que lo mejor, es la emoción de aquella ducha antes de salir de fiesta, cuando se apagan las luces en el cine, cuando está punto de empezar el concierto o el partido de tu equipo de fútbol preferido. Para los que creen en la teoría de los instantes previos, como yo, el mejor día de la semana es el viernes; o tal vez el jueves, porque todo está por venir. Por eso, el mejor momento del verano pienso que es la noche de San Juan. El resto, sobre todo agosto, es un domingo por la tarde que se alarga. Y el 31 de diciembre nunca celebramos el año que hemos vivido sino lo que aún tenemos que vivir. Celebramos el año que no hemos tenido tiempo de estropear y que, de momento, está tal y como lo imaginamos. Con todo esto, reconocemos que nos gusta empezar las cosas, pero nunca, terminarlas.

Valentina